22 de diciembre de 2010

Del blog de Arturo Goicoechea...Neurólogo.

...Según han explicado y consta en textos de reconocido prestigio e implantación (no de Neurofisiología sino de Fisiología general) existen dos "vías del dolor":
Una para el dolor agudo y otra para el dolor crónico. La primera conduciría el dolor por fibras (A delta) de conducción rápida y la segunda por fibras (C) de conducción lenta. Si el dolor es agudo, al parecer, lo detectan las fibras A delta y si es crónico, las fibras C.
La vía de conducción lenta, responsable (¿generando? ¿detectando?) del dolor crónico sería más antigua evolutivamente. Conduciría el dolor a centros subcorticales (sótanos del cerebro) y tendría poca precisión para localizar y discriminar el dolor. Este sería sordo, continuo, insufrible... y, por supuesto, crónico. La vía, en cuestión, sería la llamada vía paleoespinotalámica.
La vía de conducción rápida detectaría (¿o generaría?) el dolor agudo. De aparición evolutiva más moderna, estaría formada por fibras A delta, cubiertas de mielina, capaces de conducir con más rapidez el dolor y con un destino distinto, hacia zonas corticales capaces de discriminar mejor sus parámetros (dónde, cuánto y qué).
Lamentablemente el dolor sigue explicándose con estos conceptos básicos, absolutamente erróneos, cartesianos, en la Facultad, en cursos de postgrado y en textos de Fisiología...

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18 de diciembre de 2010

Valoración muscular

Nunca está de más aprender a valorar lo funcionales que se encuentran los músculos que vamos a tratar. Para ello se han desarrollado diferentes tipos de test en los que se puntúa o valora la capacidad contráctil de un músculo o grupo muscular.
La fuerza muscular es graduada en general como sigue:
(Escala de Daniels)
El grado 5 es normal, demostrando una amplitud completa (100%) de movimiento contra la gravedad, con una firme resistencia ofrecida por el profesional.
El grado 4 presenta una eficiencia del 75% en el logro de una amplitud de movimiento contra la gravedad, con ligera resistencia y sin presentar síntomas de fatiga.
El grado 3 presenta una eficiencia del 50% en el logro de una amplitud de movimiento contra la gravedad, sin resistencia, apareciendo en ocasiones fatiga.
El grado 2 presenta una eficiencia del 25% en el logro de una amplitud de movimiento, una vez eliminada la gravedad.
El grado 1 muestra una ligera contractilidad, sin movimiento articular
El grado 0 no muestra evidencias de contractilidad.
Los niveles de 1 y 2, nos indica que el músculo está atrofiado a nivel neurológico, o cuando se ha estado mucho tiempo inmovilizado.
La secuencia de exploración debe comenzar en la exploración del grado 3 (movimiento completo en presencia de la gravedad) para en función de su consecuencia, ascender o descender en la escala de gradación.
Es necesario darnos cuenta de que los grados en los que se aplica resistencia manual (grados 4 y 5) son grados subjetivos, mientras los grados 0, 1, 2 y 3 son objetivos, pues no interviene agente externo capaz de modificar el resultado final.
Asimismo, y debido a que las distancias entre grados no son uniformes, se hace necesario afinar la gradación con valores + ó – en función de que el grado en que se encuentra cada músculo sea conseguido con facilidad o no haya llegado a realizarse de manera completa.
Las condiciones necesarias para mantener la objetividad de cada medición son las siguientes:

Conocimiento anatómico: con el que identificar los músculos que estamos evaluando y la localización de la resistencia manual que opondremos al movimiento en determinadas ocasiones.

Órdenes precisas: los estímulos verbales correctos son esenciales para un balance muscular correcto. Debe explicarse al paciente qué queremos de él y estimularle a que lo haga de la mejor manera posible.

Movimiento puro: el movimiento que solicitamos del paciente debe seguir el plano indicado, evitando cambios de eje y compensaciones con otros segmentos y estructuras.