9 de julio de 2010

Influencia del masaje sobre el organismo

Todas las técnicas de masaje actúan en base a los actos reflejos. Los receptores nerviosos cutáneos y de los tejidos profundos, tras recibir la acción de diferentes técnicas de masaje como una excitación mecánica, la transmiten en forma de impulsos nerviosos al sistema nervioso central, donde, como respuesta
a la excitación de las células nerviosas, surgen los impulsos eferentes que se dispersan por las vías centrífugas entre los distintos sistemas, órganos y tejidos
del organismo, estimulando o deteniendo de este modo su actividad. Diferentes reflejos creados, tanto condicionales como incondicionales, en el proceso de masaje, provocan los cambios del estado funcional de diferentes partes del sistema nervioso central.
El factor humoral también desempeña un papel importante en el mecanismo de acción del masaje. Ocasionando la generación de calor en los tejidos, el masaje actúa como excitante térmico, activando de este modo los nervios simpáticos vasoconstrictores y parasimpáticos vasodilatadores, ocasionando el cambio reflejo de la luz de los vasos sanguíneos; de esta manera contribuye el masaje a la formación en la piel de histamina, que provoca la dilatación de los capilares, y la acetilcolina que aumenta la luz de las arterias y causa una disminución de la presión arterial.
Además la histamina está relacionada con la movilización de las defensas del organismo y la acetilcolina con el estímulo de la actividad muscular.