22 de diciembre de 2010

Del blog de Arturo Goicoechea...Neurólogo.

...Según han explicado y consta en textos de reconocido prestigio e implantación (no de Neurofisiología sino de Fisiología general) existen dos "vías del dolor":
Una para el dolor agudo y otra para el dolor crónico. La primera conduciría el dolor por fibras (A delta) de conducción rápida y la segunda por fibras (C) de conducción lenta. Si el dolor es agudo, al parecer, lo detectan las fibras A delta y si es crónico, las fibras C.
La vía de conducción lenta, responsable (¿generando? ¿detectando?) del dolor crónico sería más antigua evolutivamente. Conduciría el dolor a centros subcorticales (sótanos del cerebro) y tendría poca precisión para localizar y discriminar el dolor. Este sería sordo, continuo, insufrible... y, por supuesto, crónico. La vía, en cuestión, sería la llamada vía paleoespinotalámica.
La vía de conducción rápida detectaría (¿o generaría?) el dolor agudo. De aparición evolutiva más moderna, estaría formada por fibras A delta, cubiertas de mielina, capaces de conducir con más rapidez el dolor y con un destino distinto, hacia zonas corticales capaces de discriminar mejor sus parámetros (dónde, cuánto y qué).
Lamentablemente el dolor sigue explicándose con estos conceptos básicos, absolutamente erróneos, cartesianos, en la Facultad, en cursos de postgrado y en textos de Fisiología...

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