9 de septiembre de 2013

¿Cómo diferenciar entre dolor de tejidos blandos y dolor articular?

1. ¿Aumenta el estiramiento pasivo (tracción) del área dolorida el nivel de dolor? En tal caso, es probable que su origen se encuentre en los tejidos blandos (extraarticulares).

2. ¿Aumenta el dolor la compresión de la zona dolorida? En tal caso, probablemente su origen sea articular (intraarticular) y comprenda tejidos que pertenecen a la anatomía de la articulación.



3. Si un movimiento activo (es decir, controlado por la persona) en una dirección produce dolor (y/o queda restringido) en tanto el movimiento pasivo (controlado por el operador) en dirección opuesta también produce dolor (y/o queda restringido), están comprometidos los tejidos contráctiles (músculos, ligamentos, etc.)

4. Si los movimientos activo y pasivo en una misma dirección producen dolor (y/o restricción), es probable la disfunción articular. Esto puede confirmarse mediante el empleo de tracción y compresión (y traslación) de la articulación.

Las pruebas con resistencia son utilizadas para evaluar tanto la fuerza de la contracción muscular como sus respuestas dolorosas. Estos exámenes implican la contracción máxima del músculo bajo sospecha mientras la articulación es mantenida inmóvil, aproximadamente en el recorrido medio. Durante la contracción no debe permitirse el movimiento articular.


Si la prueba produce dolor, los tejidos contráctiles están implicados en el problema del dolor. Antes de efectuar la prueba de resistencia tiene sentido realizar la prueba de compresión a fin de descartar cualquier sospecha de implicación articular.

Podrían añadirse las siguientes posibilidades:

5. Si en la prueba de resistencia el músculo parece firme y no obstante es doloroso, no hay más que una lesión/disfunción menor en el músculo o su tendón.

6. Si está débil y duele, la lesión/disfunción del músculo o tendón es más importante.

7. Si está débil pero sin dolor, puede haber una lesión neural o una rotura tendinosa.

8. Un músculo normal responde con firmeza y sin dolor.

En muchos casos, la disfunción de tejidos blandos acompaña la disfunción articular. El compromiso articular es menos probable en los estadios más tempranos de la disfunción de tejidos blandos que (por ejemplo) en los estadios crónicos de acortamiento muscular.

Es difícil concebir procesos articulares, agudos o crónicos, sin el acompañamiento del compromiso de los tejidos blandos.

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